Dejad de pensar en gnomos, geniecillos de jardín y seres fantásticos, que no se trata de eso. La nomofobia es el miedo irracional a estar sin el teléfono móvil y no poder estar conectado, ni consultar los mensajes o redes sociales cada poco tiempo. Y sí, no vale asombrarse de esto porque es un trastorno que sufren al menos la mitad de la población.
El término proviene del anglicismo nomophobia (“no-mobile-phone-phobia”). Y además es conocida como la enfermedad del siglo XXI. En la gente que lo sufre se produce una dependencia absoluta del smartphone.

Según las estadísticas, los usuarios de smartphones consultan sus teléfonos una media de 34 veces al día. Hoy en día dependemos del móvil para casi todo. Y leyendo sobre el tema por Internet, encontré en varios diarios digitales conocidos que algunos de los síntomas de este trastorno son sensación de ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza y dolor de estómago. A mí esto de los síntomas me suena hasta exagerado, pero ahí están.
Suena mal, ¿verdad? No debemos olvidar una cosa. Dentro de todo lo negativo no debemos olvidarnos de las cosas positivas que estos aparatos nos ofrecen (ventajas de comunicación, consulta de datos, acceso a aplicaciones muy útiles). Pero debemos aprender a usarlos con precaución y sin obsesionarnos.
Vale, lo admito, yo soy un poco nomofóbica, ¿y vosotros? ¿Sabéis que también existe el caso contrario? Se llama tecnofobia y es el miedo o rechazo a las nuevas tecnologías, pero eso ya es otro tema.
Espero que os haya resultado útil y entretenido este post, ¡besos!
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Tanto útil como creepy. Da miedo darse cuenta hasta qué punto puede llegar una persona... miedo miedo.
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